13/10/2022

Dr. Carlos Armando Peralta Varela

El reto de evidenciar su aporte y su corresponsabilidad social

Si bien existe una ley en México para fortalecer la labor de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), en la actualidad parece que no es bien acogido el aporte que las organizaciones brindan colectivamente al país. Los gobernantes, particularmente en el ámbito federal, parecen tener diagnósticos imprecisos sobre su labor, lo cual genera distanciamiento y no contribuye a la sinergia social.

Desde el siglo pasado se daba cuenta de que las OSC vistas como actor social, son una grupo muy complejo y diverso de agrupaciones. Complicado para definir y entender porque entre ellas se ubican agrupaciones que pueden tener diferentes ideologías; pueden estar constituidas formalmente o no (sin registro), con trabajo fundamentalmente asistencial o con perspectiva de desarrollo, que actúan con gente contratada pero también con voluntarios, que funcionan como asesoras (organizaciones de segundo nivel) o con trabajo directo con personas o comunidades, y pueden tener alcance local, nacional e incluso internacional.  Es difícil entenderlas porque son el reflejo de un conjunto amplio y diverso de pensamientos, intereses, necesidades y acciones, que además conllevan diferentes fórmulas de trabajo.

 Además de lo anterior se considera que las OSC no tienen fines de lucro y son autónomas de los gobiernos. Pero y para contribuir a la complejidad, desde algunos gobiernos o partidos se ha propiciado la creación de organizaciones, éstas actualmente son conocidas como “organizaciones  cuasi gubernamentales o GONGO”, y evidentemente además de generar mayor confusión, reciben algunos de los recursos destinados originalmente a las OSC [1] autónomas.

Lo anterior no debería deslegitimar el aporte que cotidianamente realizan las organizaciones a la calidad de vida, el bienestar o a la democracia en el país. Debe tenerse en cuenta que según el registro federal de las organizaciones realizado por el INDESOL, hasta el 2020 había más de 35,000 organizaciones de la sociedad civil registradas en México, lo cual nos habla de una gran voluntad de acción diaria en beneficio de la sociedad.

Podemos entonces preguntarnos ¿Qué falta en los gobiernos para tener mayor confianza en las OSC? ¿Por qué no son verdaderamente contempladas como instancias de interés público? ¿Por que (desde el 2019), el gobierno federal ha dado marcha atrás a su relación de apoyo a las OSC?. Lo anterior se aprecia, por solo mencionar un par de ejemplos, en la eliminación de recursos a las instancias infantiles (07-febrero-2019 [2]), y sobre todo en la circular #1 del gobierno federal (14-febrero-2019 [3]),cuando el ejecutivo instruyó a todo su gabinete para que la Administración Pública Federal (APF) no asignara presupuesto federal a ninguna organización social, civil o movimiento ciudadano, con la finalidad de “terminar con la intermediación que ha originado discrecionalidad, opacidad y corrupción”. Puede observarse que el presidente (19-feb-2019 [4]) por alguna razón ha asumido que las OSC son una carga en el progreso del país, para él “todo lo que sea sociedad civil tiene que ver con el conservadurismo” y no contribuyen al cambio deseado.

Si bien el entramado de las OSC no es fácil de entender, los análisis genéricos y poco precisos en relación al aporte que realizan las organizaciones, generan distanciamiento y limitan o entorpecen la atención de las organizaciones a las necesidades de la sociedad. Deseamos creer que esta percepción es el resultado de la falta de información y de un análisis inadecuado, porque con facilidad y en contrapartida, se pueden aportar elementos para sustentar el positivo servicio que las OSC ofrecen al progreso del país.

Frente a estas visiones imprecisas, las OSC tiene el gran reto de desarrollar y difundir un diagnóstico propio, más claro, preciso y justo sobre sus aportes. Es necesario difundir ampliamente información sobre sus contribuciones a la sociedad, porque debe generarse conciencia pública sobre su positiva y propositiva actividad y corresponsabilidad. Este reto no es sencillo, pero las organizaciones deben reconocerse formalmente como instancias de interés público y recibir los apoyos adecuados para poder desarrollar su labor y con ello poder mantenerse como agrupaciones que posibilitan calidad de vida y democracia en el país.


[1] El concepto de GONGO´s es tomado de: Chávez, C. y González, P. (2018). Las organizaciones de la sociedad civil en México: hacia una reforma dela LFFAROSC. México; Instituto Belisario Domínguez, Senado de la República. p. 78

[2] Más sobre esta información se puede revisar, por ejemplo en:https://politica.expansion.mx/mexico/2019/02/07/gastos-sin-comprobar-y-mas-anomalias-pusieron-en-la-mira-a-estancias-infantiles

[3]    Se puede ver lo referente a la circular número uno en:https://www.proceso.com.mx/nacional/2019/2/18/amlo-notifica-su-gabinete-no-transfieran-ningun-recurso-ong-sindicatos-220451.html#&gid=1&pid=1

[4]  https://aristeguinoticias.com/1902/multimedia/se-han-apropiado-de-la-sociedad-civil-amlo-enterate/

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