14/1/2022

Ixanar Uriza

Un voluntariado de efecto multiplicador

La experiencia del trabajo voluntario puede ser sumamente satisfactoria a nivel personal, además de ser una contribución al fortalecimiento de los lazos comunitarios que a su vez generan mayores oportunidades para el desarrollo.

Haciendo un ejercicio de visualización, ¿qué imágenes nos evoca la idea una experiencia voluntaria? En tiempos todavía recientes, pudimos atestiguar la espontánea solidaridad de la ciudadanía con las personas que, resultado de los diferentes sismos en nuestro país, respondieron de una forma sorprendente. Otra imagen, tal vez un poco más sensible, es la de una voluntaria conversando con una persona mayor en un asilo; una más, la de un grupo de personas pintando la barda de una escuela.

Estas impresiones tienen en común lo tangible de la acción, lo emotivo de su resultado, lo espontáneo de la motivación, y sobre todo el contacto directo con una situación o una persona. En la práctica, estas formas son una muy pequeña parte de las tantas posibilidades para ejercer el voluntariado.

Otras pueden resultar menos“taquilleras”, pero no por eso menos necesarias. Inclusive, en términos de su impacto, pueden resultar en una diferencia mucho más significativa para el trabajo de las organizaciones civiles y por ende en las vidas de las personas alas que este tipo de grupos orientan su acción:

-         Realizar colectas y actividades de procuración de fondos entre familia y amistades, personas dispuestas a apoyar económicamente en la medida de sus posibilidades. Generar círculos de donativos que integren de manera progresiva cada vez a más personas.

-         Aportar conocimientos especializados y trabajo de gestión, tales como elaboración de presupuestos, asesoría legal, soporte técnico, diseño gráfico, hasta actividades de mantenimiento de equipos o instalaciones, entre otros.

-         Traducir documentos de la organización a otros idiomas para la búsqueda de financiamiento internacional.

-         Sumarse como miembro del consejo de una organización civil.

¿Cómo multiplicar el efecto de nuestra participación voluntaria? En primer lugar, haciendo un inventario de nuestros propios conocimientos, experiencia, relaciones, recursos y tiempo que tenemos disposición de invertir en transformar la realidad social. Talentos únicos que generan soluciones a problemáticas cada vez más complejas y que ahondan más allá de la satisfacción momentánea de una necesidad superficial y de corto plazo.

En segundo lugar, realizar el acercamiento inicial con la organización que se quiere apoyar, a fin de conocer cómo se genera la mezcla idónea entre aquello que queremos aportar y lo que realmente se requiere. Generar un acuerdo en el que se incluya, entre otros, la cantidad de tiempo a invertir y el plazo que durará el proyecto de voluntariado, el tipo de actividades a realizar, y de ser posible, establecer en conjunto un objetivo definido y metas a cumplir.

Conocer los derechos y asumir con responsabilidad los deberes que aseguren una relación de mutuo respeto. Cumplir con los compromisos asumidos y respetar la normativa interna de la organización durante el desempeño del voluntariado. Asimismo, determinar los canales para la comunicación entre la organización y su equipo voluntario; idealmente, la organización deberá contar con una persona responsable de este vínculo.

Por último, ¡celebrar los logros! Al realizar voluntariado en el que la interacción es con una persona se logran grandes cambios. Al participar de maneras indirectas a nivel grupal u organizacional se obtiene la misma satisfacción, con el agregado de participar de formas innovadoras y diferentes que sumen a la cultura de participación social.

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